Movimiento estudiantil y autonomía en la BUAP
Por Miguel Ángel Rodríguez
Viernes, 04 de Febrero de 2011 18:13
"No nos pelan", me dijo un estudiante de la BUAP que participa en la protesta contra el alza del pasaje del transporte urbano.
Sergio estudia filosofía y discrimina sin dificultad la filosofía de la historia de Emmanuel Kant y la de Carlos Marx. Comprende profundamente las fundamentadas críticas de Albert Camus e Isaiah Berlin a las utopías mesiánicas, muchas veces convertidas en holocaustos a nombre de la justicia. Pero Sergio no concluye de esos aprendizajes -como parece ser la cobarde conseja de algunos periodistas- la aceptación resignada de la miseria y corrupción que azotó a Puebla durante el sexenio marinista. No deriva pues la indiferencia y el inmovilismo.
La defensa de los derechos humanos, dentro del credo democrático-liberal, le da la razón para argumentar en favor de los grupos sociales más desfavorecidos. Es un universitario convencido de que la distribución de la riqueza en Puebla reproduce profundas inequidades sociales que hacen imposible el discurso democrático. Nada más, pero nada menos.
Con más dignidad se resiste a concebir una comunidad universitaria envilecida y rumiando la impotencia en las aulas y en los pasillos de la máxima casa de estudios. Se niega rotundamente a seguir la ruta de sus mayores, pues, me echa en cara: "¿No egresó Mario Marín de la BUAP? ¿No fueron en su mayoría los priístas egresados de la BUAP los prinicipales cómplices de la corrupción marinista?"
-Guardo silencio.
Él ya agarró vuelo y continúa: "no hay necesidad de pertenecer a un movimiento armado para escupir sobre los falsos universitarios que traicionaron los valores centrales de una buena convivencia pacífica sustentada en ideario liberal y democrático. Basta para ello tener sangre en las venas y respeto por uno mismo. ¿Dejaremos, por ejemplo, que Mario Marín regrese a la BUAP a dar clases?, ¿de qué podría hablar con los universitarios?, ¿acaso de a nueva epistemología del coscorrón a las periodistas?, ¿de cómo ocultar la moral de la verruga con operaciones estéticas? ¿A cerca de manipular y mentir y enriquecerse del presupuesto público?
Se pregunta Sergio, al mismo tiempo, si es mejor para la construcción de la democracia la formación de universitarios en la ética de la servidumbre voluntaria.
-Bajo los ojos y niego con la cabeza. Me imagino a Mario Marín dando clases en la BUAP y se ensombrece el día.
Sergio sabe que dentro de la comunidad universitaria existe otra tradición en la que se cultivan, por fortuna, la libertad de crítica y la libertad de pensamiento. Habla de la autonomía. Me recuerda que justo para eso se aprobó la autonomía a las universidades púbicas. Para garantizar la libertad de pensamiento y de crítica.
En ese tenor considera una infamia la labor embozada de algunos plumíferos poblanos que -quizá por un puñado de pesos- relacionan a las organizaciones estudiantiles con la guerrilla, pues siembran la desconfianza, el miedo y el terror entre la comunidad universitaria y entre el estudiantado. Esos escribidores criminalizan la protesta juvenil de una forma torpemente encubierta. Lo que sigue ya se sabe, la desaparición y el crimen de Estado.
Mira –me dice anfatizando sus palabras- si los periodistas de marras dijeron con veracidad sus fuentes, entonces no hay duda. La información precisa de los nombres de los estudiantes y las facultades donde el MIRE se reúne indica que el CISEN está espiando, de manera natural -como si no fuera una aberración contra el principio de la autonomía - la vida universitaria.
Redacto estas líneas para mostrarle que la otra tradición sigue viva. Para que sepa que en la Universidad pública si nos importa proteger la vida y el futuro de los jóvenes de Puebla. Y no se trata de autodenominarse revolucionario -la mayoría de los que lo fueron nunca lo pregonaron-, se trata sencilla y llanamente de un imperativo ético de la vida universitaria. Pero además se trata de un imperativo constitucional.
Y, desde luego, que no queremos que el ideal de universitario ejemplar se parezca a los universitarios marinistas.
¡Qué asquerosidad!
e-consulta.com
Por Miguel Ángel Rodríguez
Viernes, 04 de Febrero de 2011 18:13
Por Miguel Ángel Rodríguez
Viernes, 04 de Febrero de 2011 18:13
"No nos pelan", me dijo un estudiante de la BUAP que participa en la protesta contra el alza del pasaje del transporte urbano.
Sergio estudia filosofía y discrimina sin dificultad la filosofía de la historia de Emmanuel Kant y la de Carlos Marx. Comprende profundamente las fundamentadas críticas de Albert Camus e Isaiah Berlin a las utopías mesiánicas, muchas veces convertidas en holocaustos a nombre de la justicia. Pero Sergio no concluye de esos aprendizajes -como parece ser la cobarde conseja de algunos periodistas- la aceptación resignada de la miseria y corrupción que azotó a Puebla durante el sexenio marinista. No deriva pues la indiferencia y el inmovilismo.
La defensa de los derechos humanos, dentro del credo democrático-liberal, le da la razón para argumentar en favor de los grupos sociales más desfavorecidos. Es un universitario convencido de que la distribución de la riqueza en Puebla reproduce profundas inequidades sociales que hacen imposible el discurso democrático. Nada más, pero nada menos.
Con más dignidad se resiste a concebir una comunidad universitaria envilecida y rumiando la impotencia en las aulas y en los pasillos de la máxima casa de estudios. Se niega rotundamente a seguir la ruta de sus mayores, pues, me echa en cara: "¿No egresó Mario Marín de la BUAP? ¿No fueron en su mayoría los priístas egresados de la BUAP los prinicipales cómplices de la corrupción marinista?"
-Guardo silencio.
Él ya agarró vuelo y continúa: "no hay necesidad de pertenecer a un movimiento armado para escupir sobre los falsos universitarios que traicionaron los valores centrales de una buena convivencia pacífica sustentada en ideario liberal y democrático. Basta para ello tener sangre en las venas y respeto por uno mismo. ¿Dejaremos, por ejemplo, que Mario Marín regrese a la BUAP a dar clases?, ¿de qué podría hablar con los universitarios?, ¿acaso de a nueva epistemología del coscorrón a las periodistas?, ¿de cómo ocultar la moral de la verruga con operaciones estéticas? ¿A cerca de manipular y mentir y enriquecerse del presupuesto público?
Se pregunta Sergio, al mismo tiempo, si es mejor para la construcción de la democracia la formación de universitarios en la ética de la servidumbre voluntaria.
-Bajo los ojos y niego con la cabeza. Me imagino a Mario Marín dando clases en la BUAP y se ensombrece el día.
Sergio sabe que dentro de la comunidad universitaria existe otra tradición en la que se cultivan, por fortuna, la libertad de crítica y la libertad de pensamiento. Habla de la autonomía. Me recuerda que justo para eso se aprobó la autonomía a las universidades púbicas. Para garantizar la libertad de pensamiento y de crítica.
En ese tenor considera una infamia la labor embozada de algunos plumíferos poblanos que -quizá por un puñado de pesos- relacionan a las organizaciones estudiantiles con la guerrilla, pues siembran la desconfianza, el miedo y el terror entre la comunidad universitaria y entre el estudiantado. Esos escribidores criminalizan la protesta juvenil de una forma torpemente encubierta. Lo que sigue ya se sabe, la desaparición y el crimen de Estado.
Mira –me dice anfatizando sus palabras- si los periodistas de marras dijeron con veracidad sus fuentes, entonces no hay duda. La información precisa de los nombres de los estudiantes y las facultades donde el MIRE se reúne indica que el CISEN está espiando, de manera natural -como si no fuera una aberración contra el principio de la autonomía - la vida universitaria.
Redacto estas líneas para mostrarle que la otra tradición sigue viva. Para que sepa que en la Universidad pública si nos importa proteger la vida y el futuro de los jóvenes de Puebla. Y no se trata de autodenominarse revolucionario -la mayoría de los que lo fueron nunca lo pregonaron-, se trata sencilla y llanamente de un imperativo ético de la vida universitaria. Pero además se trata de un imperativo constitucional.
Y, desde luego, que no queremos que el ideal de universitario ejemplar se parezca a los universitarios marinistas.
¡Qué asquerosidad!
e-consulta.com
Por Miguel Ángel Rodríguez
Viernes, 04 de Febrero de 2011 18:13